Escribir un artículo sobre cómo afrontar con éxito una entrevista de trabajo me resulta de lo más aburrido si pienso en todo lo que se ha escrito y hablado en charlas, cursos o vídeos tutoriales. Sin embargo, lamento decir que aún hay quienes cometen fallos de lo más básico. ¡Será por información!
Así que he decidido hacer una recopilación de algunos de los mejores momentos que aseguran sin lugar a dudas que no nos seleccionen o por lo menos que sea todo un reto que superemos esta fase del proceso de selección. De esta manera, nos ahorramos la preocupación y la obsesión con cada llamada al móvil pensando que es la empresa.
- Llegar tarde a la entrevista con una lata de refresco en la mano, no disculparse por el retraso y sentarse con la bebida como si estuviéramos en una terraza de verano. Diréis que podría ser peor si fuera con alcohol. Y lo cierto es que en más de una entrevista me he visto en la triste situación de ventilar la sala sin necesidad de ver la bebida.
- Presentarse en cholas, bañador y mochila. Así aprovechamos y cuando termina la entrevista empatamos con la playa.
- Traerse al perro y dejarlo en la entrada de las oficinas hasta que terminemos.
- Acudir a la entrevista con una biblia. Si lo pongo, por algo es. Y realmente fue una charla muy corta sobre lo mucho o poco que influiría en mi decisión.
- Entrar a la entrevista con un familiar y que sea esta persona quien responda o pregunte por las condiciones del puesto.
- Quitarse los zapatos. Y que una sala cerrada con el aire acondicionado estropeado, haga el resto.
- Pedirle a quien entrevista que nos deje nuestro currículum porque no nos acordamos de dónde hemos trabajado o lo que hemos estudiado. Es más, llegado el caso, discutirle conocimientos o habilidades que figuran en el documento, al/la entrevistador/a. Como si éste/a los hubiera añadido por su cuenta.
- Mostrar partes del cuerpo que solemos llevar cubiertas con el propósito de demostrar la gravedad de unas lesiones.
- Responder haciendo chistes como si en lugar de una entrevista estuviéramos en un programa de humor. Cuanto más rancios y de mal gusto, mejor.
- Interrumpir la entrevista contestando a nuestro teléfono móvil durante más tiempo que el que le dedicaremos al/la entrevistador/a.
- Discutir las tareas o responsabilidades del puesto como si se tratara de un regateo de mercadillo.
- A toda frase añadir en algún momento: cariño, corazón, niña, chaval, mi amor, cielo, etc.
Y dejo aquí este listado por no caer en el tópico de que la realidad supera muchas veces la ficción.